Cecilia Orozco Tascón, exdirectora de Noticias Uno, de Colombia, y conductora del pódcast “En la Raya con Cecilia Orozco”, se presenta como una periodista independiente. Sin embargo, su estrecha relación con Iván Velásquez Gómez, excomisionado de la CICIG en Guatemala y actual embajador de Colombia ante el Vaticano, pone en entredicho su imparcialidad y revela un claro conflicto de interés.
Qué destacar. El domingo 15 de junio de 2025, Orozco presentó una entrevista “exclusiva” con Velásquez, titulada “Hay relación indudable entre los corruptos de Guatemala y miembros del Centro Democrático”.
- Durante una hora, el exministro colombiano utilizó el espacio para atacar al expresidente Álvaro Uribe y a sectores políticos y empresariales guatemaltecos, sin recibir una sola pregunta crítica. La entrevista no fue un ejercicio periodístico, sino una tribuna para reforzar su narrativa personal.
- Velásquez enfrenta una orden de captura en Guatemala por su presunta participación en irregularidades del caso Odebrecht, un escándalo que dejó al país con una deuda de USD380M por una carretera que nunca se construyó.
- Durante su gestión en la CICIG dejó impunes a implicados “cercanos” y exoneró a los ejecutivos brasileños de Odebrecht, entre otros, a cambio de delaciones.
Sí, pero. Estos hechos, sin embargo, fueron omitidos por Orozco, quien mantiene una relación directa con Velásquez a través de la Corporación Justicia y Democracia.
- Esta ONG, vinculada a causas de izquierda y defensora de exguerrilleros y exparamilitares, fue fundada por ambos. Orozco figura como representante legal suplente, mientras que el hijo de Velásquez, Víctor Javier Velásquez, es su director.
- Además, Gabriela González Castaño, excoordinadora de incidencia de la corporación, fue contratada como asesora del ministro durante su paso por el Ministerio de Defensa.
- La Corporación Justicia y Democracia ha estado involucrada en casos polémicos, como la demanda contra el Estado colombiano por el caso del Palacio de Justicia, en el que el grupo guerrillero M-19 —del que Gustavo Petro formó parte— tomó por asalto el edificio en 1985. También ha asesorado a figuras como Rodrigo Londoño, alias Timochenko, Salvatore Mancuso y Hernán Giraldo, facilitando incluso un encuentro entre ellos ante la Comisión de la Verdad en 2021.
En conclusión. Orozco, quien se presenta como defensora del Estado de Derecho, no ha informado públicamente sobre estos vínculos ni ha declarado conflicto de interés al abordar temas relacionados con el gobierno, el Ministerio de Defensa o los excombatientes. Su cercanía con Velásquez plantean serias dudas sobre la independencia de su labor periodística.
- Además, el caso de Guatemala no es aislado. Velásquez y sus aliados han promovido lo que algunos analistas llaman la “franquicia CICIG”: un modelo de comisiones internacionales anticorrupción impulsado por sectores de izquierda en países como Honduras, El Salvador y Colombia. Estas iniciativas, financiadas por fundaciones como Rockefeller Brothers Fund, Ford Foundation y Open Society Foundation, se presentan como mecanismos de justicia, pero han sido utilizadas con fines políticos e ideológicos.
- En Guatemala, la CICIG fue cooptada por intereses personales y políticos. Velásquez integró a abogados colombianos y guatemaltecos afines a su visión, como Alfonso Carrillo, quien participó en casos fuera de su competencia, como el de la familia rusa Bitkov. Este tipo de actuaciones contribuyeron al desprestigio y eventual cierre de la CICIG.
- Orozco no actúa como periodista independiente, sino como aliada y socia de Iván Velásquez. Su entrevista no buscó la verdad, sino perpetuar una narrativa conveniente para quienes enfrentan cuestionamientos legales y éticos. La “franquicia CICIG” sigue viva, y Orozco, lejos de fiscalizar el poder, parece estar al servicio de quienes buscan perpetuarla.
Cecilia Orozco Tascón, exdirectora de Noticias Uno, de Colombia, y conductora del pódcast “En la Raya con Cecilia Orozco”, se presenta como una periodista independiente. Sin embargo, su estrecha relación con Iván Velásquez Gómez, excomisionado de la CICIG en Guatemala y actual embajador de Colombia ante el Vaticano, pone en entredicho su imparcialidad y revela un claro conflicto de interés.
Qué destacar. El domingo 15 de junio de 2025, Orozco presentó una entrevista “exclusiva” con Velásquez, titulada “Hay relación indudable entre los corruptos de Guatemala y miembros del Centro Democrático”.
- Durante una hora, el exministro colombiano utilizó el espacio para atacar al expresidente Álvaro Uribe y a sectores políticos y empresariales guatemaltecos, sin recibir una sola pregunta crítica. La entrevista no fue un ejercicio periodístico, sino una tribuna para reforzar su narrativa personal.
- Velásquez enfrenta una orden de captura en Guatemala por su presunta participación en irregularidades del caso Odebrecht, un escándalo que dejó al país con una deuda de USD380M por una carretera que nunca se construyó.
- Durante su gestión en la CICIG dejó impunes a implicados “cercanos” y exoneró a los ejecutivos brasileños de Odebrecht, entre otros, a cambio de delaciones.
Sí, pero. Estos hechos, sin embargo, fueron omitidos por Orozco, quien mantiene una relación directa con Velásquez a través de la Corporación Justicia y Democracia.
- Esta ONG, vinculada a causas de izquierda y defensora de exguerrilleros y exparamilitares, fue fundada por ambos. Orozco figura como representante legal suplente, mientras que el hijo de Velásquez, Víctor Javier Velásquez, es su director.
- Además, Gabriela González Castaño, excoordinadora de incidencia de la corporación, fue contratada como asesora del ministro durante su paso por el Ministerio de Defensa.
- La Corporación Justicia y Democracia ha estado involucrada en casos polémicos, como la demanda contra el Estado colombiano por el caso del Palacio de Justicia, en el que el grupo guerrillero M-19 —del que Gustavo Petro formó parte— tomó por asalto el edificio en 1985. También ha asesorado a figuras como Rodrigo Londoño, alias Timochenko, Salvatore Mancuso y Hernán Giraldo, facilitando incluso un encuentro entre ellos ante la Comisión de la Verdad en 2021.
En conclusión. Orozco, quien se presenta como defensora del Estado de Derecho, no ha informado públicamente sobre estos vínculos ni ha declarado conflicto de interés al abordar temas relacionados con el gobierno, el Ministerio de Defensa o los excombatientes. Su cercanía con Velásquez plantean serias dudas sobre la independencia de su labor periodística.
- Además, el caso de Guatemala no es aislado. Velásquez y sus aliados han promovido lo que algunos analistas llaman la “franquicia CICIG”: un modelo de comisiones internacionales anticorrupción impulsado por sectores de izquierda en países como Honduras, El Salvador y Colombia. Estas iniciativas, financiadas por fundaciones como Rockefeller Brothers Fund, Ford Foundation y Open Society Foundation, se presentan como mecanismos de justicia, pero han sido utilizadas con fines políticos e ideológicos.
- En Guatemala, la CICIG fue cooptada por intereses personales y políticos. Velásquez integró a abogados colombianos y guatemaltecos afines a su visión, como Alfonso Carrillo, quien participó en casos fuera de su competencia, como el de la familia rusa Bitkov. Este tipo de actuaciones contribuyeron al desprestigio y eventual cierre de la CICIG.
- Orozco no actúa como periodista independiente, sino como aliada y socia de Iván Velásquez. Su entrevista no buscó la verdad, sino perpetuar una narrativa conveniente para quienes enfrentan cuestionamientos legales y éticos. La “franquicia CICIG” sigue viva, y Orozco, lejos de fiscalizar el poder, parece estar al servicio de quienes buscan perpetuarla.